La fusión de Caja España, Caja Duero y Caja de Burgos para conseguir la 6ª Caja de España en cuanto a cantidad de depósitos se ha visto frenada por el abandono de Caja de Burgos de la operación alegando sentirse menospreciada.
Localización: http://www.elpais.com/articulo/economia/Caja/Burgos/descuelga/fusion/Caja/Duero/Caja/Espana/elpepueco/20091110elpepueco_15/Tes
Si la fusión entre las tres principales cajas de ahorros de Castilla y León ya parecía complicada ahora ya es prácticamente imposible. Caja de Burgos ha abandonado un barco que pretendía ser la 6ª caja de España en volumen de depósitos. Sin duda ha caído víctima de uno de los principales problemas que las fusiones intentan solucionar: el excesivo flujo de dinero que acaba en los bolsillos de los altos cargos de los comités de las empresas.
La ecuación es sencilla: a menor número de cargos menor número de sueldos, por lo tanto, los presidentes de Caja Duero y Caja España para intentar que la pérdida de dinero de sus allegados fuera menor, argumentaron su mayor peso financiero y cortar para sí una mayor parte del pastel en la mesa del consejo.
Por supuesto, Caja de Burgos se negó a esa constitución del Consejo Ejecutivo y a la pérdida de su poder de decisión aun comprometiendo el futuro de la institución. Con un reparto de beneficios menor, menor sería el poder de los gerentes de la caja burgalesa sobre ellos y por lo tanto menores sus sueldos a final de mes.
Ya no importaba la crisis en el mercado bancario ni cómo la fusión podía solucionarla. Los densos acuerdos entre los dirigentes de unas cajas completamente politizadas e incluidas en los debates en el congreso nublan la desaparición de la competencia y las ganancias que ello supone en la hora de variar los precios y los servicios. También van a quedar probablemente en un segundo plano la clausura de muchas oficinas y el sensible recorte de números a plantilla, víctima de la reducción de los costes y de la eficiencia de la caja resultante de la fusión y de la importancia sobredimensionada mediáticamente de los altos cargos del consejo, alineados y normalmente afiliados a los partidos políticos.
Se olvidará la eficiencia, sin embargo, en su dirección, enfangada en discusiones unidas a la política, y donde seguirán llegando el mayor número de beneficios en vez de destinarse a la eficacia de las inversiones.
De esta forma, los rendimientos seguirán siendo decrecientes, y los sueldos de los directivos gastos fijos en la hoja de contabilidad de las empresas. ¿Los perjudicados? De nuevo los trabajadores y sus familias, que son los que verdaderamente se verán “con una participación menor” en la caja y los clientes, que poco a poco verán disminuyendo sus cuentas por las comisiones necesarias para mantener la institución bancaria, ya minada por la crisis, en pie.
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